sábado, 22 de septiembre de 2012

Noches de Abril



Noches de Abril


 Estrellas irrumpían en el cielo,
queriendo conquistar noches de Abril,
y ante una luna pálida y febril,
rompían firmamentos de deshielo.

Laberinto de efímeras siluetas,
imágenes, suspiros y deseos,
con ondulantes sueños y floreos,
sutiles sombras  de hadas y poetas.

Amores clandestinos son secretos,
con oscuros refugios escondidos,
los cuerpos por las dunas protegidos,
se tornan por momentos algo inquietos.

Placer que les invita al espejismo,
cuando la magia cubre con su luna,
los rostros misteriosos en laguna,
y sin querer, sucumben al abismo.

                                                          Mª Ofelia

sábado, 15 de septiembre de 2012

Añoranza



Añoranza


Recorro la playa
sin poder encontrarte,
el cantar de las olas,
me acerca recuerdos lejanos.

La brisa me besa, 
y en mi boca surge,
el sabor de tus labios
¡Que no puedo olvidar!

La playa era nuestra,
como lo eran las dunas
y el pequeño teatro,
donde siempre surgía,
el instante sublime,
que unía los cuerpos,
y con manos febriles
te amé como a nadie.

En las noches claras de luna,
arropados por luceros fugaces,
me declarabas tu amor,
con ternura de niños
y cariños de amantes,

La vida rozaba,
los sueños surcan los años,
y en el manto multicolor 
de las estrellas,
trenzando recuerdos,
ausencias gemían
lloraban mis llantos,
surgió la distancia,
rompimos las rutas,
besé otras bocas.

Pero con la brisa,
vuelven a mí,
los sabores de antaño.

                                                    Mª Ofelia

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Rozando la nada



Rozando la nada


Cruza el crepúsculo,
y déjame sentir
tu aliento de nácar.
tus sollozos y tu lengua
profundizando en mi boca.

Rompe la angustia de la espera,
abrásame en tus llamas, 
cubre mi cuerpo con tus manos,
mientras trepan como armiños
por mi desnuda espalda.

Y como fiera insaciable,
explora con tus sutiles dedos
mis puntiagudas fresas,
mientras tus muslos, atenazan los míos
traspasando mi isla desierta.

Y ante tan ansiado goce,
déjame gemir, como una gata,
mientras un inmenso escalofrío
me envuelve el alma.

jadeante, ladeo mi cabeza
sobre tu hombro,
rozando la nada.

                                          
                                                                              Mª Ofelia