domingo, 17 de abril de 2011

Amanecer


Amanecer


   Me gustaría perderme en tus blancas arenas y tu agua transparente y calmada. Reposar bajo las palmeras, y observar el tranquilo mar; y al atardecer, cuando el cielo se cubre de tenue luz y reflejos anaranjados, entrar en tus aguas desnuda para que todo mi cuerpo sienta ese maravilloso placer.
A lo lejos, una barquita rompe el horizonte en el que mar y cielo se funden en un abrazo azul.
Noche bella, luna romántica y misteriosa, esperaré al amanecer en esa playa de arena blanca, veré el momento en que estrellas y luna se despiden del firmamento, dando paso al sol que emerge, y como los enamorados permanecen juntos unos instantes, para luego despedirse hasta el crepúsculo que volverán a encontrarse.
                                                                                Mª Ofelia
                                                                            

domingo, 10 de abril de 2011

Mi Pequeño Rincón

Desde mi pequeño rincón, donde a veces las "Musas" me bendicen con su presencia, y mi inspiración fluye inundándolo todo. Es entonces  cuando me veo obligada a dar rienda suelta a mi imaginación y plasmarlo en un escrito.
Cohabita conmigo un duendecillo que desde el ordenador me "guiña" de una forma tentadora, y sin darme cuenta me encuentro frente a un portátil relatándole mis pensamientos o glosando las dulces palabras que reposan en mi alma, y que al unirlas van formando unos entrañables versos.
                                                                                                                        Mª Ofelia

sábado, 2 de abril de 2011

Pétalos de azahar -----Coplas de pié quebrado


Pétalos de  Azahar
(Coplas de pie quebrado)


Mira las flores que un día,
en el árbol lucen prestas
floreciendo.
Y con gran galantería,
al aire mecidas lentas
van abriendo.
Cuando los brazos al árbol,
le empiezan a envejecer
tristemente.
Un arcaico arrebol,
palidece su altivez
lentamente.
Las ramas ya deshojadas,
comienzan su desnudez
y también.
Aquellas flores hermosas,
con sumisa timidez
sin su bien.
Se marchitan de repente,
sin poderse enarbolar
y amorosas.
Recubren al transeúnte,
con sus pétalos de azahar
ruborosas.

                                                 Mª Ofelia