Para mi amigo Peñíscola
¡Mira Pedro!
como corre mi plumilla,
y yo la dejo escapar,
en alas de la fantasía
pronto nos van a llevar.
No me metrices los versos,
no les hagas de rabiar,
déjalos a su albedrío
que más contentos irán.
Tú llénalos con tus comas,
pero déjalos volar.
Que más da si comí una,
que más da si la dejé atrás,
si luego mi lindo negro
una a una me pondrás.
Míralas como disfrutan,
las palabras al salir,
¡y mira con que arte!
las recoge mi plumín.
No te enfades negro mío,
y déjalas por favor,
que jugueteen en la hoja
sin ninguna explicación.
Un día las haré métricas,
otro día octavas son,
pero hoy déjame Peñíscola
que broten del corazón.
Mª Ofelia
Muy alegre y jovial, me hizo sonreír, besos!!!
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