Triste, deprimido, tortura cotidiana
en el deshielo de la noche,
rotura de tinieblas en el alma, ser,
sabiendo que no existes,
dulces sueños ya lejanos
donde ruge la monotonía
y duele el hambre,
tormenta en los ojos ya
cansados de vagar entre melancolías, en
existencias turbulentas.
Rompo el destino, vuelvo a la vida,
quiero salir de este destierro
que cubre mi conciencia y
llama al navegante,
estrellas surcan el cielo,
la luna danza a la noche, esas
brujas malditas huyen,
y el firmamento al fin se abre.
Mª Ofelia
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