Tenues rayos de luz
Nadie lo vio, pero yo lo intuí,
se ocultaba tras el sol,
y fue su cuerpo el que me dio calor,
sus labios perdidos entre las nubes
buscaban los míos, y
su voz muda reclamaba mi voz,
entre plumas de algodón me dejé fluir,
entonces sentí, besé y viví
cobijada, entre sus tenues rayos de luz.
Mª Ofelia
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar