El abedul
La vida le era como una caricia
que endulzaba sus días todo el año,
mientras bajo la sombra de un castaño,
el gozaba de todas sus delicias.
No contento rebuscaba otro paño,
y después le rozó con la avaricia,
sacó de sus entrañas la malicia,
así llegó un profundo desengaño.
Buscó amparo y refugio en este faro,
donde crecía un hermoso abedul,
con sentimiento dijo: Yo declaro
Viviendo bajo el orto y bello azul,
entonces encontré todo mi amparo
bajo un cielo con manto color tul.
Mª Ofelia
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