Bajo la mágica luna
Sí, me gustas sin poder evitarlo,
tus palabras me colman de dulzura,
cual campanilla mi cuerpo susurra,
enredado, sediento por amarlo.
Te digo por las noches en secreto,
cuando nos cubre mágica la luna,
tu rostro misterioso entre laguna,
se torna por momentos en inquieto
placer que nos invita al exorcismo,
y sin querer sucumbes al abismo,
en fingidos oasis por siempre húmedos.
Laberintos de efímeras siluetas,
sombras divinas de hadas y poetas,
sus cuerpos ya en las noches extinguidos.
Mª Ofelia
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